Estos pequeños pimientos, de carne dulce y sabrosa, son tan bonitos que el otro día en el mercado no pude resistir la tentación de comprarlos. Nunca antes había visto estos pimientitos, así que no tenía una idea muy clara de qué hacer con ellos. Quiero decir de cómo prepararlos. Estuve mirando por Internet y al final decidí que el relleno era una opción muy atractiva. Tanto que eso fue lo que hice. Un jugoso relleno a base de cebolla, aguacate y camarones, complementado con una salsa de ribeiro, convirtieron estos pimientos casi de juguete en un plato verdaderamente delicioso. Pueden usarse como aperitivo, como entrante si lo acompañamos de una ensalada verde o como guarnición para un pescado al horno, por ejemplo. Y a poco que la cuide, su presentación es tan atractiva que tiene medio éxito asegurado.
Ingredientes para cuatro personas
16 pimientos mini
Una cebolla mediana
Un aguacate
100 gr de camarones ya limpios
Dos cucharadas de albahaca picada
Un vaso de ribeiro blanco
El zumo de 1/2 limón
50 gr de mantequilla
Sal
Pimienta
1/4 cc de nuez moscada
Lavamos muy bien los pimientos, cortamos la parte del tallo para limpiarlos de semillas pero guardamos la tapa así conseguida, y los hacemos al vapor, incluida esa tapa, durante unos quince minutos. Comprobamos si están tiernos, (pinchando con un tenedor) sacamos y reservamos. Mientras, picamos la cebolla en brunoise (juliana muy fina) y la pochamos con un poco de aceite hasta que comience a estar transparente, añadimos entonces los camarones pelados, salamos y rehogamos cinco minutos. Escurrimos bien el aceite y reservamos. Pelamos el aguacate y trituramos la pulpa con un tenedor hasta conseguir un puré que sazonaremos con un chorro de zumo de limón para impedir que se ennegrezca, una pizca de sal y pimienta al gusto. Añadimos la cebolla con los camarones y la albahaca, mezclando bien. Comprobamos de sal y corregimos si es necesario. Ahora rellenamos los pimientos con esta mezcla, usando la tapa para cerrarlos y los reservamos. En un cazo ponemos a derretir la mantequilla a fuego lento con un poco de sal y la nuez moscada recién molida; cuando ya esté líquida pero sin dejar que hierva, agregamos el vino, removiendo para que se mezcle y dejamos reducir hasta conseguir la consistencia que prefiramos. (Puede añadirse un poco de maicena si no espesa como desearíamos…) Salseamos un plato con esta salsa y sobre ella ponemos los pimientos, servimos… y a disfrutarlos.