Es esta una
preparación que une algunos de los frutos más sabrosos del otoño y cuyas
propiedades alimenticias y hasta terapéuticas parecen infinitas: Las setas son
ricas en vitaminas y minerales, la calabaza tiene propiedades vermífugas,
antidiarreicas y emolientes. La alcachofa reduce el colesterol y ayuda a
controlar la hipertensión, es diurética y protege el hígado. Y el enebro es digestivo,
balsámico, expectorante, antiséptico, diurético, reduce el colesterol, controla la hiperglucemia… En fin,
¿qué más se puede pedir? ¿Qué esté rico todo esto mezclado? Pues también lo
está porque el dulzor de la calabaza mezclado con el aroma de las setas y el
perfume de las bayas de enebro junto al deje amargo de las alcachofas y el
toque levemente pungente del cilantro conforman una (si se me permite decirlo
así, ya lanzado) sinfonía que
sorprende y maravilla al paladar en una receta totalmente otoñal. No es difícil
de hacer, aunque requiere entrar en la cocina sin reloj y con el ánimo listo
para disfrutar con todos los sentidos: desde la vista con los colores intensos
de la calabaza y las setas al olfato con el perfume del enebro y el cilantro… y
hasta el tacto con la peculiar aspereza de las hojas de las alcachofas. Y el
disfrute del gusto está garantizado al final del trabajo... (En cuanto al oído,
ahí está la música de los utensilios de cocina entrechocando unos con otros.
Iba a decir “y el crepitar del fuego” pero me parece que eso sí sería pasarse…)
250 gr de setas variadas. Yo he usado rebozuelos, angulas de monte, setas de cardo silvestres y shiitake
6 alcachofas
Dos cucharadas de cilantro picado
Una cucharadita de bayas de enebro
Aceite de oliva
Sal
Pimienta
Ingredientes
para cuatro personas
4 trozos de calabaza de unos 350 gr cada uno (elegiremos
los que puedan ser utilizados como cuenco
una vez vaciados. Véase foto arriba.)250 gr de setas variadas. Yo he usado rebozuelos, angulas de monte, setas de cardo silvestres y shiitake
6 alcachofas
Dos cucharadas de cilantro picado
Una cucharadita de bayas de enebro
Aceite de oliva
Sal
Pimienta
- Comenzamos limpiando las alcachofas hasta quedarnos sólo con el corazón que cortaremos en mitades o cuartos, según su tamaño, y que pondremos a hervir al vapor durante sólo diez o doce minutos. Reservamos
- Trituramos en el mortero las bayas de enebro y el cilantro, añadimos un chorro de aceite de oliva y mezclamos bien.
- Lavamos y limpiamos las calabazas y sacamos parte de la pulpa cuidando de no romper la cáscara.
- Salpimentamos el interior de los cuencos así obtenidos y los pintamos con parte de la picada de cilantro y enebro.
- Mezclamos el resto de la picada con la pulpa que habíamos sacado.
- Ponemos ahora las calabazas y su pulpa a hervir al vapor hasta que estén tiernas pero no muy blandas. Reservamos hasta que estén frías.
- Mientras, limpiamos y troceamos las setas...
- ...y las mezclamos con la pulpa de las calabazas y los corazones de las alcachofas también troceados. (Reserve algunos trozos para adornar la presentación)
- Cuando las
calabazas estén frías las vaciamos un poco más de la pulpa y la mezclaremos con
el relleno. Corregimos de sal y las rellenamos con esta mezcla.
- Las ponemos de nuevo a hervir al vapor unos ocho o diez minutos para que se hagan las setas y acaben de cocerse alcachofas y calabaza. (No olvide incluir los trozos de alcachofa reservados si ve que no están muy blandos.)
Servir estos cuencos de calabaza adornados con los
trozos de alcachofa que habíamos reservado, aliñados con un hilo de aceite de oliva y una pizca de sal: