F. F. Coppola |
En realidad nada de todo esto tendría importancia si no se utilizara como ejemplo de las supuestas bondades de la película, olvidando sus muchos defectos, su barato efectismo y su descarado enfoque mercantilista, empezando por un reparto tan flojo como comercial al que se añadió la guinda de qualité de Anthony Hopkins, aunque luego este haya llevado su interpretación del doctor Van Helsing hasta la parodia, seguramente para estar a la altura del histrionismo y los excesos de Gary Oldman del que como ejemplo elogioso se dice que tardaban cinco horas en maquillarle. (Sin comentarios). De los demás, Keanu Reeves sigue siendo uno de los actores más inexpresivos de su generación, y Winona Ryder, aparte de su palmito, poco más es capaz de aportar… La decisión de rodar toda la película en estudio, otro de los supuestos méritos del filme, estuvo motivada por la necesidad de economizar en gastos de producción, aunque siempre es posible echar mano del homenaje a los viejos tiempos para justificar lo que sea necesario (recuerden: Coppola se encontraba en muy mala situación económica tras los fracasos comerciales de sus últimas películas y en Columbia Pictures se negaron a invertir los 60 millones de dólares que Coppola estimaba necesarios). Los efectos especiales, también muy elogiados, son bastante simplones y ya muy caducos, reconozcámoslo. Sí estoy de acuerdo con lo que algún crítico, queriendo hacer un elogio ha dicho: esa enfermiza atmósfera (que por otra parte en más de una ocasión roza la estética del videoclip) es absolutamente imposible. Absolutamente cierto... Otra de las secuencias más alabadas es la de las vampiresas, a propósito de lo cual se dice que Coppola pretendía que aparecieran completamente desnudas, a lo que en la Columbia, claro, se negaron, con el resultado de que el apaño ha terminado siendo lo más parecido a una sesión de barato cine porno, más sonrojante que excitante. No hablemos de estructura narrativa, de exploración del lenguaje cinematográfico o de indagación en la psicología de los personajes: nada de eso importa en esta película, claramente ideada como vehículo de recaudación… donde lo único que parece importar son las formas, cuanto más aparatosas mejor venga o no a cuento, eso que se ha dado en calificar como estilo operático y que imagino que se refiere al parecido de la escenografía (¿o debería decir mise-en-scène?) con una ópera. Sí, claro que el ritmo de la película es trepidante, ni más faltara con un director como Coppola y un buen equipo en la sala de montaje…
Vale, por supuesto que nada de malo hay en hacer un filme comercial. Siempre, eso sí, que no se nos venda como oro lo que sólo es oropel..
Ficha:
Título original: Bram Stoker' Dracula
Año de producción: 1992
Duración: 130 min.
País: USA
Director: Francis Ford Coppola
Guión: James V. Har
Música: Wojciech Kilar
Fotografía: Michael Ballhaus
Reparto: Gary Oldman, Anthony Hopkins,
Winona Ryder, Keanu Reeves,
Cary Elwes, Monica Bellucci,
Sadie Frost, Tom Waits,
Bill Campbell, Richard E. Grant
Género: Terror, fantástico
Género: Terror, fantástico