El quiche, como casi todo el mundo sabe, es esa especie de tarta salada tan popular en la cocina francesa. Se prepara con una mezcla a base de huevos y crema de leche que se hace cuajar al horno en un molde forrado con la llamada masa quebrada (por favor, no utilizar esa absurda traducción de pasta brisa hecha por alguien que no sabe ni francés, ni español ni cocina… y que tanto abunda por estos no-lugares) y a la que pueden añadirse toda clase de verduras o jamón, carne picada, embutidos… y todas las mezclas que seamos capaces de imaginar, y aderezada con hierbas o especias y con la única condición de que el resultado sea armónico… y apetitoso. Es una solución ideal para resolver una cena o una merienda, pues es muy fácil de elaborar. Si no se quiere hacer en casa la masa quebrada (es muy fácil: aquí hay una forma de hacerla) se puede comprar ya hecha. Yo he utilizado una lámina de masa de hojaldre porque era lo que tenía a mano y el resultado es también excelente. La mezcla de las verduras y las setas con las hierbas utilizadas, sobre todo la hierbabuena, tan aromática, resulta tan sorprendente como exquisita, y la leche evaporada en lugar de la nata habitual le confiere una textura más suave y ligera.
Ingredientes
Una lámina de masa de hojaldre
400 gr. de leche evaporada
3 huevos
Tres puerros
Una cebolla
300 gr. de setas variadas
100 gr. de queso gruyere rallado
1 cucharada de perejil picado
1 cucharada de cilantro picado
1 cucharada de hierbabuena (o menta) picada
Sal
Pimienta
Nuez moscada
Aceite de oliva
Te ha quedado estupenda y con las setas seguro que riquísima.Un abrazo, Clara.
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