Tomates verdes fritos
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Jon Avnet |
No es que en esta película se hable mucho de comida, a pesar del título de receta y de que se muevan por ella un
par de cuasi bulímicos y se ambiente en un bar-restaurante, pero dada su
inexplicable popularidad parece casi obligado hablar aquí de ella. En realidad
es sólo otra de esas películas cuya fama es muy superior a la que por sus
valores cinematográficos, e incluso éticos, se merece. Dirigida con un
estilo plano y desaliñado por Jon Avnet,
(autor de otra media docena de cosas perfecta y justamente olvidadas) con una estructura tan caótica como caprichosa, su
único mérito es la, en verdad, fascinante
interpretación de esas dos actrices superlativas que son Kathy Bates y Jessica
Tandy, capaces de convertir en puro oro hasta esta lamentable bobada. No hay
mucho más que resaltar: la historia que se cuenta en ella reúne todos los
tópicos del buenismo más tontorrón en
una exaltación de la solidaridad, la amistad y el amor cómo sólo es posible
encontrar en lo peor del cine americano de usar y tirar. Su cuasi maniqueísmo
doctrinario, un ñoño feminismo de consumo en el que las mujeres son heroínas
que deben enfrentar a esos hombres que son
(casi) todos o malos o tontos, resulta ofensivo para cualquier persona
mínimamente inteligente. El (supuesto)
retrato de una comunidad rural en Alabama (¿o es en Georgia?) está tan
descafeinado que hasta el grupo del Ku Klux Klan parece
formado por indigentes mentales (que no es que no lo sean, los que forman parte
de esa siniestra organización, pero claro, por otras razones…) Las caprichosas
e inexplicadas incoherencias por las que se mueve el guión, que estuvo nominado
al Oscar, quién lo diría, dejarían perplejo a cualquier profesor de cinematografía
elemental.
Los casi siempre bruscos saltos temporales desequilibran una narración ya de por si
arrítmica, sin contar que esa voluble sucesión de flashbacks es engañosa y más que chapucera: la película comienza (que
es cuando debe fijarse el tiempo cronológico en el que transcurre
la acción) en el pasado, para dar un salto perfectamente ilógico hacia el
presente y volver con la misma falta de lógica hacia el pasado… para finalizar, incongruentemente, en el
presente; en fin, que la mezcla de flashbacks
y flashforwards acaba resultando
más una confusa y desordenada impericia que una hábil astucia narrativa. El
tono de amable comedia elegido para contar esta especie de falso melodrama invalida
y desaprovecha todo el potencial dramático, y enriquecedor, de la historia (desde el accidente con el
tren hasta la muerte no del todo aclarada del personaje que interpreta (mal) Nick
Searcy (el chiste ese de que el secreto está en la salsa… ¿quiere decir algo?)
o la atracción claramente lésbica que Idgie/ Mary Stuart Masterson siente por
Ruth /Mary-Louise Parker. Por no hablar
de la extraña senilidad de esa voluble y locuaz anciana que, es cierto, borda Jessica
Tandy) y todo en aras de ese enternecedor deseo de complacer al buen
público… que, diría yo, se merece algo
más que este cursi, bobalicón y rancio relato pseudofeminista.
Ficha:
Título original: Fried Green Tomatoes
Año de producción: 1991
Duración: 129 min.
País: USA
Dirección: Jon Avnet
Guión: annie Flagg, Carol Sobieski
Música: Thomas Newman
Fotografía: Geoffrey Simpson
Reparto:
Kathy Bates, Jessica Tandy,
Mary Stuart Masterson,
Mary-Louise Parker, Chris O'Donnell,
Cicely Tyson, Gailard Sartain,
Gary Basaraba, Stan Shaw
Género: Drama (?)
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