He aquí otra
manera de preparar las carrilleras que va a darnos un resultado más que satisfactorio. Cocinadas al horno de esta forma quedan
tan tiernas y jugosas que se deshacen en la boca y es un verdadero placer
comerlas. En cuanto a la guarnición no he podido resistir la tentación de
acompañarlas con unas patatas al estilo hasselback, esa forma de prepararlas
famosa en toda la blogosfera, (no hay blog que no las incluya en algún
momento.) Y con razón, pues no sólo están muy buenas sino que son realmente resultonas a la hora de adornar un
plato. Y también son fáciles de preparar y lo bastante versátiles como para
poder variar su preparación cambiando las especias o las hierbas empleadas. En
esta receta además se hacen al mismo tiempo que la carne, con lo cual ahorramos
tiempo (y energía.) La receta de estas
patatas tiene su origen en una escuela- restaurante
sueca, el prestigioso Hasselbacken, de donde toman el nombre.
Ingredientes
para cuatro personas
Doce carrilleras
de cerdo ibérico
Cuatro patatas
medianas
Dos cebollas
Un vaso de
vino blanco
½ l de caldo
de verduras
Unas ramitas
de romero
Pimienta
Sal
Aceite de
oliva
50 gr de
mantequilla
Dos cucharadas
de harina
- Limpiamos bien las carrilleras de las telillas y grasa que puedan tener, las salpimentamos, las pasamos ligeramente por harina y las doramos en una sartén con un chorro de aceite de oliva y a fuego vivo. Reservamos.
- En una cazuela que pueda ir al horno y que permita taparla ponemos las cebollas cortadas en rodajas, un par de ramitas de romero y la carne. Añadimos el vino y el caldo suficiente para cubrir y llevamos al horno que tendremos precalentado a 180º. Deberán hacerse durante al menos hora y media, vigilando que no se queden sin caldo..
- Mientras, lavamos muy bien las patas porque vamos a asarlas con la piel. (Nota: conviene elegir patatas que sean más o menos del mismo tamaño y forma para que el tiempo de cocción sea el mismo y queden con un aspecto parecido a la hora de presentarlas.)
- Las cortamos ahora en láminas pero sin llegar a separarlas y las salpimentamos sin escatimar la pimienta. (Hay un montón de trucos para conseguir cortarlas sin separar las rodajas: ponerlas encima de una cuchara, usar unos palillos chinos como tope… o simplemente tener cuidado.)
- Introducimos entre las rodajas de las patatas una pizca de mantequilla, las colocamos en una fuente apta para el horno y reservamos.
- Cuando falten unos cuarenta y cinco minutos para que la carne esté hecha las llevamos al horno para así tenerlas asadas al mismo tiempo. A media cocción introducimos unas hojas de romero entre las rodajas y regamos con un hilo de aceite de oliva.
- Cuando la carne esté tierna retiramos las tajadas que reservaremos al calor. Ponemos en el vaso de la batidora la cebolla y un tres o cuatro cucharadas del caldo, trituramos bien y pasamos por el chino o por un colador, dejando reducir luego un poco si ha quedado una salsa demasiado clara.También puede espesarse con media cucharadita de maicena. Comprobamos de sal y rectificamos si es necesario.
- Salseamos con ella los platos y colocamos encima la carne acompañada de las patatas.
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Las dos cosas me encantan las patatas asi y la carrillera y si encima tenemos la comodidad de limpieza que te da el horno, pues de 10. Besitos!!
ResponderEliminarMadre mia, que presentacion les has dado.
ResponderEliminarTienen que estar muy buenas con esa salsita.
Esas carrilleras se ven deliciosas y en muy buena compañia.
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