La mandarina es uno de los lujos del
otoño. Su uso en la cocina no está tan extendido como el de otros cítricos, a
pesar de que su delicado sabor la hace muy adecuada para postres y confituras y
se puede añadir a ensaladas o a salsas y cremas. Así que aprovechando que
estamos en plena temporada de mandarinas, he aquí una receta sencilla, rápida,
con todo el aroma de la mandarina y la suave textura del calabacín, potenciados
ambos por el toque vigoroso de la lima. Una guarnición ideal para redondear un
plato de pescado a la plancha, pero que también es apto como entrante para comenzar
una comida con esta auténtica delicatessen. El calabacín crudo nos permite
aprovechar mejor todas sus virtudes nutritivas, que son muchas. Por su parte, la
mezcla de dos cítricos tan aromáticos como la lima y la mandarina convierten
este plato en un festival para nuestro olfato, y sus sabor punzante y ácido
compensa el dulzor un poco insípido del calabacín.
Ingredientes para cuatro personas
Dos calabacines grandes
Tres limas
Tres
mandarinas
Sal
- Lavamos bien los calabacines, los secamos, los cortamos longitudinalmente en lonchas muy finas y las vamos colocando en una fuente. Salamos ligeramente.
- Exprimimos las limas y las mandarinas, reservando una parte de ellas entera para decorar el plato, y rociamos las lonchas de calabacín con su zumo. Cubrimos con un paño limpio y dejamos reposar una media hora.
- Al servir, colocamos artísticamente en el plato y decoramos con unas rodajas de lima y unos gajos de mandarina.
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