Comienza, por estas latitudes, el tiempo de soles y calores con lo que la cocina de ollas y fogones puede resultar menos tentadora que un plato colorido y refrescante, nutritivo y lleno de sabor: efectivamente, las ensaladas. Y como se supone que en este blog se habla, también, de cine (...ya, ya sé que esa parcela la tengo un poco desatendida últimamente...) vamos hoy con una antología de ensaladas publicadas en la gastrocinemia y cuyo título, Siete ensaladas para siete días, tiene reminiscencias de vieja película. La receta completa puede verse pulsando en le enlace correspondiente.
Y aprovechando que aun estamos en temporada
de nísperos empezamos con esta que, como se dice en la correspondiente
entrada, No es que sea especialmente
original, ni lo pretende, pero el añadido de unos nísperos le da un toque muy primaveral, realzado por el aroma de
la albahaca.
Esta ensalada se decanta por una mezcla donde el queso brie pone su suave cremosidad y su ligero aroma,
más intenso cuando va madurando, que tan bien combina en saladas donde entren
frutas de carne consistente (mango, aguacate...) Para acabar con el remate
del toque suntuoso de un buen jamón
ibérico.
Pepino, aguacate, manzana, rabanitos... más
una rica ventresca de atún y rúcula. El
toque especial se lo da esta
ensalada una vinagreta que aromatizaremos
con unos clavos de olor, cuya fragancia levemente punzante combina muy bien con
el sabor más suave de las verduras.
Una de las más socorridas y típicas ensaladas
es aquella en la que se combinan vegetales y carnes o pescados, como la anterior
de ventresca o esta, donde el pollo y el
queso de cabra ponen el complemento proteínico a los vegetales, y las hierbas
aromáticas añaden sabor y frescura a nuestro plato.
El apunte exótico lo pone en nuestra colección
de ensaladas esta, en la que la salsa tzatziki, esa mezcla de yogur, pepino, aceite de oliva y hierbas aromáticas.
Es una ensalada muy refrescante, moderadamente calórica que muy bien puede
constituir un plato único si decidimos servirla sobre pan de centeno y la
complementamos con una pieza de fruta.
La
mezcla de sabores y texturas de la manzana, el queso y el aguacate es sólo uno
de sus atractivos a los que la vinagreta de cebollino se une para lograr un
resultado sorprendente en
esta ensalada, leve variación de la anterior ensalada de aguacate y brie con virutas de ibérico. La vinagreta de
cebollino con la que la se acompaña
añade un plus de sabor.
Y terminamos con una propuesta muy especial,
una mezcla de dos de las joyas de nuestra cocina mediterránea: el espencat valenciano y la escalivada catalana juntos en este plato
capaz de poner los dientes largos al más inapetente. Una combinación en verdad deslumbrante, donde la mezcla de sabores,
aromas y texturas tiene poco que envidiar a esos inventos de la nueva (cada vez
menos nueva, en realidad,) cocina.
Fenomenal tu idea asi cambiamos in poco de la clasica
ResponderEliminarQué maravilla de ensaladas, me encantan todas. Bss.
ResponderEliminarMenuda colección de ensaladas tan impresionante que te has marcado, una no sabe por cual empezar aunque la última me ha robado el corazón.. Besotes!!
ResponderEliminarQue buenas todas no se por cual quedarme, enhorabuena, sigue así, un beso.
ResponderEliminarLAS DELICIAS DE MAYTE
Hola!
ResponderEliminarDespué del rabo de buey, esto resulta muy propio! Se agradecen las ideas.
Saludos.
Marisa
Ahora en plena operación bikini nos viene perfecto una ensalada diferente para cada día. Al final siempre la misma acaba cansando un poco. Tienen muy buena pinta todas :)
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