2 de abril de 2012

Arroz al hinojo


El llamado arroz blanco no es sino arroz hervido sin más. Es una de las guarniciones más populares y más utilizadas para acompañar pescados, por ejemplo, y es casi obligado con los calamares en su tinta… Es también una de las preparaciones de arroz más tristes y aburridas, así  que vamos a darle un poco de marcha. Con sólo añadirle un diente de ajo y una cucharadita de semillas de hinojo molidas convertiremos el simple arroz blanco en un delicado acompañamiento para cualquier pescado a la plancha o al vapor, o como base para una ensalada de arroz.  En cuanto al tipo, los expertos recomiendan el  de grano largo, ya  que al contener menos almidón da un acabado con los granos más sueltos, aunque yo uso siempre el de grano redondo lavándolo antes de hervirlo para quitarle parte del almidón. Pero también eso es cuestión de gustos: utilice el de su preferencia.

Ingredientes para cuatro personas
350 gr de arroz
Un litro de agua
Dos dientes de ajo
Una cucharada de las de café de semillas de hinojo
Cuatros hojas de laurel
Aceite de oliva
Sal

Ponemos el agua a hervir con las hojas de laurel (debe hervir cuatro o cinco minutos para que nos quede una decocción ligera de laurel.) Molemos las semillas de hinojo (en el mortero o con un molinillo de café.) En la olla donde vayamos a hacer el arroz, ponemos a dorar los ajos, pelados y finamente picados, con dos cucharas de aceite, teniendo buen cuidado de que no se quemen. Añadimos el arroz y dejamos un par de minutos, removiendo continuamente. Añadimos el hinojo, removemos bien, salamos y cubrimos con el agua hirviendo (hasta el doble del volumen de arroz) y dejamos hervir a fuego medio durante quince minutos añadiendo un poco más de agua (siempre hirviendo) si fuera necesario. Apagamos el fuego, tapamos con un paño y dejamos que acabe de hacerse con el calor residual y para que embeba el caldo que quede. (Si le quedara muy caldoso puede colarlo para eliminar el exceso de agua.) Haga pequeños flanes ayudándose con un aro metálico, un vaso o cualquier recipiente ad hoc y sírvalo adornado con unas semillas de hinojo y un poco de perejil.