23 de diciembre de 2012

La vida de Pi

Ang Lee
Es admirable la versatilidad de Ang Lee como director, una actitud (y una aptitud) que recuerda a los grandes clásicos (Wilder o Lang vienen inmediatamente a la memoria, no por afinidades estilísticas sino por, digamos,  amplitud temática.) En unos tiempos en que lo que se lleva es el encasillamiento más ramplón, la autoría basada en cuatro tics como justificación de la mediocridad, ahí está el taiwanés dando lecciones de cine en películas que van desde la comedia al drama social pasando por el western o los films de aventuras… o lo que se tercie. Lo primero que cautiva de esta película es la belleza formal con la que está filmada: imágenes que atrapan al espectador que sigue como hipnotizado el desarrollo de una aventuras que tienen la magia de los cuentos de las Mil y una noches (esa isla carnívora plagada de suricatas, el salto de la ballena, las medusas en plena noche, la bandada de peces voladores…), lo que unido a un acabado estrictamente realista las hace aún más subyugantes. ¿Cuántas veces se han filmado naufragios, tempestades en alta mar desde que el cine es cine? Pues Ang Lee consigue que todavía nos sobrecojamos de espanto ante la fuerza terrible de la naturaleza desatada  con unas secuencias impactantes de un naufragio y de una tempestad en alta mar…  Y aunque ésta  La vida de Pi es una película ciertamente irregular, tratándose de Ang Lee hablar de irregularidad es siempre relativo. Cierto es que se utiliza una estructura narrativa nada original, (esa obsesión actual por los flashback de la que nadie de libra, como si las estructuras narrativas lineales hubieran caído en el descrédito… qué s e le va a hacer) y que existe  un cierto desequilibrio entre la primera parte del film, los minutos finales y el meollo de la historia donde, ahí sí, el director da todo lo que es capaz. 


Pero incluso en los momentos más flojos en los que se aprecia un cierto descuido, el nivel  cinematográfico es muy alto. Claro que acostumbrados a la altísima calidad habitual en Lee eso chirría un poco, aunque puede perdonársele porque el resto de la película es, sin ninguna duda, una obra maestra. Quizá habría que haber podado algunas divagaciones pseudo religiosas, innecesarias para la buena comprensión de la aventura, que nada aportan y quizá suspenden momentáneamente la acción; pero eso aparte, la narración discurre con fluidez y los cortes de los flashback son ágiles y están hechos con inteligencia. Sorprende no sólo la belleza de las imágenes sino la imaginación desplegada a la hora de resolver el difícil polinomio inicial: un bote salvavidas en el que se juntan un muchacho, una cebra, una hiena, un orangután y un tigre de Bengala… (Ni Hitchcock en su Náufragos  [Lifeboat, 1944] se enfrentó a semejante elenco.) Como sorprende y maravilla la inteligencia con la que están resueltas las secuencias en las que animales y hombre luchan por el mínimo espacio disponible, como sorprende y maravilla la inteligencia con que está resuelta la ya particular lucha del tigre y el muchacho por ese espacio. (Impagable la es cena en la que uno y otro marcan el territorio.) Parece tener Ang Lee una habilidad especial para saber exactamente dónde hay que situar la cámara en cada momento y eso es especialmente apreciable aquí donde el escenario es tan inestable como el Océano Pacífico… Hermosa metáfora de la lucha de la humanidad  contra el medio  (ese pequeño mono desnudo armado sólo con su cerebro frente a un ejército de garras, colmillos, pezuñas… y saliendo triunfante de ella, pero también sólo y sin haber encontrado la respuesta a sus preguntas primordiales,) es una película obligada. Hay que verla y disfrutarla.

 

Ficha:
Título original: Life of Pi
Año de producción: 2012
Duración: 125 min.
País: USA
Dirección: Ang Lee

Guión: David Magee
Música: Mychael Danna
Fotografía: Claudio Miranda
Reparto: Suraj Sharma, Irrfan Khan, 
                   Rafe Spall, Tabu, Adril Hussain,  
                   Shravanthi Sainath, Ayush Tandon, 
                   Vibish Sivakumar, Gérard Depardieu
Género: Aventuras, Drama