7 de marzo de 2014

Pollo encebollado

La carne de pollo era  en otro tiempo un ingrediente casi de lujo, sabrosa y delicada, capaz de inspirar recetas que han quedado en la tradición (desde la recia pepitoria al refinado coq au vin) pero a la que la masiva producción industrial ha convertido en algo insípido, cierto que también asequible, y a la que conviene alegrar un poco para conseguir sacarle un poco de gracia. Los marinados son entonces una solución ideal que pueden transformar unos simples contramuslos en un plato suculento y en verdad apetitoso. La técnica del marinado no es complicada, sólo requiere elegir con cuidado las especias o hierbas que combinen armónicamente con el tipo de carne (o de pescado), darle el tiempo necesario para que los sabores se mezclen y tendremos ganado la mayor parte de la calidad de la receta. Aquí os invito a preparar un pollo marinado en vino blanco con una mezcla de salvia, estragón y perejil tan sencillo de hacer como delicioso de degustar. Salteado, y acompañado por el toque levemente dulce de la cebolla frita, resulta una tentación difícil de resistir. (Si no encuentra estragón fresco puede poner una cucharada de estragón seco.)

Ingredientes para cuatro personas
8 contramuslos de pollo
2 cebollas grandes
Un ramillete de salvia
Un ramillete de estragón
Un ramillete de perejil
500 cl de vino blanco
unas ramitas de cebollino
Sal
Pimienta
Aceite de oliva

  • Picamos finamente las hierbas aromáticas, las mezclamos bien en un recipiente y añadimos el vino. Reservamos.
  • Limpiamos los contramuslos de la grasa que pudieran tener y los troceamos en dados como de tres o cuatro centímetros. Los salpimentamos y los ponemos en el recipiente con la mezcla de hierbas y el vino, mezclando bien. Dejamos en adobo al menos doce horas.
  • Cuando nos pongamos a preparar la receta, pelamos y cortamos en juliana la cebolla y la ponemos a fuego lento en una sartén con un chorro de aceite y un poco de sal hasta que esté transparente. Subimos entonces un poco el fuego y dejamos dorar ligeramente. Ojo que no se queme. Retiramos y escurrimos bien del exceso de aceite.
  • Colamos el  caldo del adobo, que reservamos, y en la misma sartén, sin aceite y sólo engrasada como ha quedado tras  freír la cebolla, salteamos los trozos de pollo hasta que estén dorados. Regamos con el vino del marinado y dejamos reducir.
  • Servimos acompañado de la cebolla frita y decorado con unas ramitas de cebollino.