13 de febrero de 2014

Albondigón de pavo

Un albondigón no es más que una albóndiga muy grande, definición que hasta el mismísimo Pero Grullo firmaría. No he encontrado información sobre el origen de este plato, por lo demás muy, muy rico, (aparte de alguna anécdota chusca sobre cuñadas imaginativas, cuya procedencia callaré discretamente) pero en realidad se trata de algo parecido a lo que comúnmente se conoce como pastel de carne, aunque cocido como las albóndigas en lugar de horneado. El nombre deriva, supongo, del procedimiento para su elaboración, que es exactamente el mismo que seguimos para hacer albóndigas, con la única diferencia  de que en lugar de hacer varias bolitas pequeñas hacemos una única bola muy grande: o sea, un albondigón. El resultado, sin embargo, es muy diferente porque en realidad la tal albóndiga gigante recuerda más a una salchicha o al típico redondo de ternera, y como éste se sirve cortado en lonchas. En cuanto a la carne, puede ser la que cada uno prefiera o mezcla de varias, y puede aliñarse con hierbas y especias al gusto. Yo he elegido el pavo, una carne con un contenido muy bajo en grasas y rica en vitaminas además de muy económica.

Ingredientes para cuatro personas
500 gr de carne de pavo picada
75 gr de picadillo de jamón serrano
Un huevo
Dos dientes de ajo
1 litro de caldo de verduras
Un vaso pequeño de vino blanco
Una cucharada generosa de cebollino picado
Una cucharada generosa de perejil picado
Una cucharadita de pimienta verde en grano
Tres o cuatro cucharadas de pan rallado
Una cucharada de harina
Una cebolla
Dos puerros
Un pimiento verde
Una o dos zanahorias, según tamaño
Un tomate grande maduro
Sal
Aceite de oliva

  • En un cuenco, adobamos la carne la noche antes con las hierbas, el picadillo de jamón, la pimienta en grano, los ajos finamente picados y un poco de sal, mezclando bien para formar una masa homogénea. Tapamos con film trasparente para evitar que se reseque y reservamos en la nevera.
  • Cuando nos pongamos a prepararlo, agregamos el huevo y mezclamos bien, añadiendo pan rallado hasta conseguir una masa manejable.
  • Damos forma a nuestro albondigón, de manera que nos quede una especie de salchicha gigante. (Con la cantidad de carne especificada deberíamos obtener un albondigón de unos quince centímetros de largo, más o menos.)
  • Enharinamos ligeramente y doramos el albondigón en aceite muy caliente, dándole vuelta para que se dore bien por todas partes. Se trata de conseguir una costra crujiente que permita cocinarse el interior de la carne sin que pierda jugos. Cuidado que no se queme. Sacamos y reservamos.
  • En ese mismo aceite, y a fuego bajo, pochamos la cebolla cortada en juliana. Cuando comience a estar trasparente escurrimos bien del exceso de aceite y la pasamos a una olla junto con el tomate pelado y picado y dejamos rehogar unos minutos.
  • Añadimos el albondigón, regamos con el vino y dejamos reducir. Cubrimos con el caldo hirviendo y dejamos hacer unos treinta minutos a fuego suave.
  • Mientras, cortamos en tiras muy finas los puerros, el pimiento verde y las zanahorias y los salteamos en una sartén con una pizca de aceite y un poco de sal.
  • Retiramos el albondigón y dejamos que se atempere un poco antes de cortarlo en rodajas.
  • Pasamos por la batidora el caldo parea conseguir una salsa, corregimos de sal si es necesario y la ponemos a reducir a fuego bajo hasta conseguir la consistencia que prefiramos.
  • Finalmente, servimos las rodajas de albondigón regadas con la salsa y acompañadas con las verduras.