19 de enero de 2016

Galletas saladas de queso y hierbas aromáticas

Aperitivo, tentempié, capricho... irresistible tentación, estas galletitas son tan fáciles de hacer como difíciles de dejar en el plato una vez que se han probado. La mezcla de quesos y hierbas aromáticas es tan seductora que el paladar siempre pide más... Yo he utilizado romero, pero puede elegir la hierba o la mezcla de hierbas que prefiera. Eso sí, en este caso es mejor que sean secas. En cuanto al queso, yo prefiero comprarlo en cuñas y rallarlo en casa a la hora de trabajarlo, porque nunca se sabe cuánto tiempo lleva embolsado el que se vende ya rallado. Pero a cada uno según sus gustos. Sea prudente con la sal, los quesos ya suelen llevar más de la necesaria.


Ingredientes
50 gr de queso cheddar
50 gr de queso parmesano
100 gr de mantequilla  
150 gr de harina
1 yema de huevo
2 cucharas de romero
2 cucharadas de agua
Una pizca de sal
Una cucharada de semillas de amapola
 
  • Derretimos la mantequilla al baño maría.
  • Trituramos muy bien en el mortero en el romero, y quitamos los "palitos" que queden.
  • Cernemos la harina en un cuenco y la mezclamos con la mantequilla, añadimos los quesos rallados, el romero, la yema de huevo, la sal y el agua y amasamos. Deben quedar muy bien unidos todos los ingredientes, así que trabájelos con paciencia. (Utilice un tenedor, por ejemplo, y si los quesos no se unen bien ponga la mezcla unos minutos a un baño María suave).
  • Una vez bien amalgamada la mezcla la metemos en el frigorífico durante unos 20 o 30 minutos.
  • Precalentamos ahora el horno a 180º y con un rodillo estiramos la masa entre dos hojas de papel film hasta conseguir una lámina  de medio centímetro (más o menos) de espesor.
  • Con ayuda de un cortapastas vamos cortando las galletas y las colocamos en una fuente de horno sobre papel sulfurizado. Repetimos la operación hasta acabar la masa.
  • Espolvoremamos con las semillas de amapola y horneamos durante unos 20 minutos o hasta que estén doradas. Ojo que no se quemen.
  • Sacamos las galletas del horno y las colocamos en una rejilla para que pierdan la humedad. Esperamos que se enfríen y ya podemos disfrutarlas.