19 de diciembre de 2014

Puerros en su salsa asados en papillote

Dado que el 90% del puerro es agua y que posee propiedades diuréticas y laxantes, resulta ser una hortaliza que todos los guardianes de las dietas y contadores de calorías deberían elevar a los altares de la Santa Iglesia de lo Saludable. Bromas aparte, lo cierto es que el puerro con su exquisito sabor que recuerda un poco a la cebolla, aunque bastante más suave, es un ingrediente imprescindible en guisos, estofados y salsas. Hervidos o al vapor pueden utilizarse en ensaladas acompañados de unos ahumados o con una sencilla vinagreta. Pero es asados, como en nuestra receta  de hoy, como resultan sencillamente irresistibles: todo su delicado sabor y su suave aroma regalan nuestro paladar y nuestro olfato. Y acompañados con esta salsa en la que el vino blanco y el eneldo añaden su nota perfumada se convierten en  un r plato de primera categoría.

Ingredientes para cuatro personas
10 puerros
1 cebolla mediana
2 dientes de ajo
Un vaso de vino blanco
Unas ramitas de eneldo fresco
Sal
Aceite de oliva

  • Precalentamos el horno a 190º
  • Asaremos ocho puerros: para ello, retiramos la parte verde y la reservamos para otras preparaciones. Lavamos el resto muy bien y cortamos en dos o tres trozos dependiendo del tamaño. No quite la primera capa, servirá para proteger el resto.
  • Envolvemos en papel de horno haciendo tres o cuatro paquetitos, los cerramos bien y los introducimos en el horno después de  bajar la temperatura 170º. Dejamos que se hagan durante unos cincuenta minutos.
  • Pelamos la cebolla y la troceamos en juliana fina; pelamos y lavamos los otros dos puerros, pero  no quite mucho de la parte verde, y los trocemos igualmente junto con los dientes de ajo y lo ponemos todo a pochar, a fuego suave, en una sartén con un poco de aceite y sal al gusto.
  • Cuando ya estén, retiramos y escurrimos bien  el exceso de aceite y trituramos con la batidora. Añadimos el vino blanco y el eneldo picado y volvemos a triturar.
  • Pasamos por el chino o por un colador, y llevamos a fuego muy suave, dejando que reduzca un poco. Comprobamos de sal y reservamos al calor.
  • Cuando los puerros ya estén asados abrimos los paquetitos, cuidando de no quemarnos, y retiramos la primera hoja de cada trozo de puerro, que estará seca y deshidratada.
  • Servimos acompañados por la salsa y decorados con una ramita de eneldo