21 de noviembre de 2012

La parte de los ángeles

Ken Loach
Se supone que en esta película Ken Loach sigue con su peculiar indagación en los nocivos efectos del capitalismo en la clase obrera, aunque como ya hiciera con Buscando a Eric (Looking for Eric, 2009) eche mano en ella del humor (un  humor un tanto simple y de brocha gorda, todo hay que decirlo) para mostrar con un tono amable una especie de cuento de hadas a la escocesa con final esperanzador y feliz. Mezcla de comedia, thriller descafeinado, aventura de robo sofisticado y leve drama social (para justificar el toque Loach, supongo) la cosa funciona a ratos, resulta poco creíble otros y aburre un poco de vez en cuando. Es probable que la mezcla de géneros y la excesiva condescendencia que muestran Loach y su habitual guionista con los personajes perjudique al resultado final, pero también hay algo que no acaba de cuajar bien en esta salsa. La narración avanza con suavidad, con demasiada suavidad para el asunto que trata, diría yo, demasiado en clave de comedia, lo que resta poder de convicción a la fábula. No hay grandes arritmias en la sucesión de pequeñas anécdotas que van formando la historia, pero es más como una sucesión de mini relatos que no acaban de ligar bien, que no forman un todo coherente. Confiar todo el peso del humor, clave de la historia, a un personaje tan tontorrón como el que interpreta (convincentemente, hay que reconocerlo) Gary Maitland resulta casi sonrojante en un director y en un guionista tan, se supone, experimentados. Lástima que sea precisamente lo más flojo de la película, lo que de alguna manera le resta credibilidad porque es en ese torpe y patoso personaje en el que se apoya la parte más amable del film. Como es lógico, lo mejor es el aspecto menos dulce de este pastelillo: los pocos momentos en que los personajes dejan de jugar a ser buenos y muestran el lado duro, y real, de la situación social que Loach suaviza un tanto vergonzantemente. 

Ahí sí, en esos momentos nos encontramos con el verdadero cine de denuncia social, esas secuencias de los barrios de Glasgow (que igual podrían ser  de Milán o de Bilbao) donde la gente malvive, retratados con un cierto pudor pero sin edulcorantes. Se echa de menos un poco más de carga humana en unos personajes demasiado tópicos, coleguillas más que esquemáticos y previsibles. Se alargan en demasía las secuencias de la subasta, lo más flojo y prescindible de la película y le falta garra y suspense al robo. En fin, aunque la película se ve con cierto agrado, uno se pregunta qué hace Loach metido en estos berenjenales,  en esta...  amable y simplona historia. Como era de esperar, la dirección de actores es impecable, nadie se desmanda y todos responden obedientemente. Resultado: actuaciones correctas pero planas, faltas, diría yo de chispa, como si nadie se tomara demasiado en serio lo que hacen. No es una mala película, no, es algo peor: es una película mediocre, otra muestra del cansancio creativo que Loach viene mostrando últimamente. Lástima. Lo único interesante es el dilema ético (no sé si involuntario) que la historia plantea: ¿puede un delito servir para regenerar al delincuente? Según Loach, parece que sí.

Ficha:
Título original: The Angels' Share
Año de producción: 2012
Duración: 106 min.
País: Inglaterra
Dirección:
Ken Loach
Guión: Paul Laverty
Música:
George Fenton 
Fotografía: Robbie Ryan 
Reparto: Roger Allam, John Henshaw, 
                William Ruane, Daniel Portman, 
                Paul Donnelly, Lorne MacFadyen, 
                John Joe Hay, Siobhan Reilly, 
                Barrie Hunter, David Goodall, 
                Gary Maitland, Jim Sweeney,
                Lynsey-Anne Moffat, Finlay Harris, 
                Nick Farr, Scott Kyle 
Género: Comedia