4 de abril de 2013

Arroz con pollo

Otra receta de sencillez monástica y deleitables resultados cuyo único secreto está en emplear contramuslos, (la parte más tierna y jugosa del pollo junto con las alitas) así como utilizar caldo (de pollo, naturalmente, y hecho en casa a ser posible) para cocer el arroz. El añadido de unas tiras de pimiento verde pone una nota no sólo de color sino de sabor a este arroz que hará las delicias de sus comensales. Insisto en la conveniencia de usar caldo de pollo hecho en casa, es muy sencillo de preparar y el resultado compensa: ponemos en una olla un litro y medio de agua con media docena de alitas, (una carcasa también sirve, aunque el resultado es demasiado graso para mi gusto) media cebolla en cascos, una zanahoria troceada, sal y unas hojas de laurel. Hervimos a fuego lento hasta que las alitas estén tiernas, corregimos de sal y dejamos enfriar para poder desgrasarlo. Las alitas puede usarlas para preparar unas deliciosas croquetas tal y como se indica aquí.

Ingredientes parea cuatro personas
300 gr de arroz
400 gr de contramuslos de pollo
1 litro de caldo de pollo
Un pimiento verde
Dos dientes de ajo
Un chorro de vino blanco
Sal
Aceite de oliva
Unas hebras de azafrán

  • Limpiamos bien los contramuslos de la grasa superficial que puedan tener, los salamos, troceamos y los ponemos a dorar en la paella junto con un chorro de aceite de oliva a fuego suave.
  • Cuando vayan estando agregamos los ajos picados, rehogamos un par de minutos más y retiramos el exceso de aceite.
  • Añadimos ahora el arroz y removemos bien hasta que esté transparente, en cuyo momento regamos con el vino dejando hasta que evapore.
  • Añadimos el caldo hirviendo y dejamos a fuego fuerte dos o tres minutos, bajamos entonces a fuego medio y vamos añadiendo caldo (siempre hirviendo)  según vaya siendo necesario, pero cuidando que no nos quede caldoso.
  • A media cocción agregamos los pimientos cortados en tiras y las hebras de azafrán molidas en el mortero y disueltas con un par de cucharadas de caldo y corregimos de sal si es necesario.
  • Cuando el arroz ya esté (unos veinte minutos) apagamos el fuego y dejamos reposar unos minutos antes de servir.