26 de octubre de 2012

Níscalos con jamón

Níscalos, nícalos, mízcalos… rovellons…  y  muchos nombres más para este delicado regalo del otoño, verdadera  delicia como su propio nombre (científico) indica: Lactarius deliciosus, uno de los hongos comestibles más conocidos y apreciados en gastronomía por su carne densa y compacta de olor suave y dulzón de un inconfundible color anaranjado. (A propósito de lo cual he aquí una nota curiosa: uno de sus colorantes se elimina a través del riñón dando a la orina un color que puede resultar  preocupante si se desconoce la causa…) El níscalo puede prepararse de múltiples formas: asado, guisado, a la plancha, frito… o como complemento de un  guiso de carne. Yo os propongo una forma rápida y muy suculenta de prepararlos, ideal para un aperitivo: hechos sencillamente con un poco de aceite y jamón.

Ingredientes para cuatro personas    
600 gr de níscalos no muy grandes
100 gr de jamón picado
3 o 4 cucharadas de aceite de oliva
Una pizca de sal

Limpiamos bien los níscalos de los restos de tierra que puedan tener y los cortamos en trozos no demasiado pequeños. En una sartén calentamos el aceite y rehogamos los níscalos durante siete u ocho minutos, removiendo con cuidado. Salamos ligeramente, (recuerde que el jamón ya lleva sal) y añadimos el jamón picado. Removemos y dejamos hacer tres o cuatro minutos más. Servimos… y a disfrutarlos.