10 de enero de 2012

Cazuela de almejas y mejillones

A pesar de que el mejillón está considerado  (erróneamente, a mi juicio) como un hermano pobre de otros mariscos, es un alimento muy gustoso, y sus valores alimenticios son muy superiores a los de otras especies de moluscos. Por ejemplo: los mejillones tienen un alto contenido en hierro que, además, se asimila muy bien en el intestino  por lo que son especialmente indicados para personas con anemia ferropénica. Su aportación de potasio ayuda a controlar la hipertensión y la retención de líquidos, y es rico en vitaminas del grupo B, y su elevado contenido en glucosaminas, el antiinflamatorio natural más potente, los hace de especial utilidad en los problemas articulares como el reuma, la artritis y la artrosis. En cuanto a las almejas,  no sólo son uno de los moluscos más sabrosos  sino que sus propiedades nutritivas las convierten en un alimento sano y apto para cualquier ocasión ya que además de tener muy poca grasa, entre el 0,5 y el 2% de su composición, aportan sólo 47 calorías por cada 100 gramos de porción comestible.  Contienen vitaminas, principalmente  B12, así como B2, B3, A y C. Entre los minerales destaca la presencia de fósforo, y también hierro, magnesio o potasio.  (Cuidado en  caso de  hipertensión: las almejas contienen 36 mg de sodio por 100 g.) 

Ingredientes para cuatro personas:
Un kilo y medio de mejillones
750 g de almejas
Una cebolla grande
Un pimiento verde
250 cl  de vino blanco
2 cucharones del agua de cocer los mejillones
Aceite de oliva
Pimienta
Una guindilla
Una pizca de sal
Una cucharada de perejil picado
Una cucharada de cilantro picado
Dos hojas de laurel

Ponemos las almejas en un bol con agua y sal durante 10 ó 15 minutos para que expulsen toda la tierra, lavándolas después con abundante agua. Limpiamos muy bien los mejillones y los ponemos al fuego en una olla con un poco de agua y las hojas de laurel, retirándolos en cuanto se abran. Cuando se hayan enfriado un poco, quitamos una de las conchas a los mejillones, colamos el caldo y lo reservamos. Cortamos la cebolla en aros finos y luego en mitades para que queden a modo de tiras, procedemos igual con el pimiento verde y lo ponemos todo a pochar a fuego lento en una cazuela (a ser posible, de barro) con suficiente aceite de oliva. Cuando estén blandos quitamos todo el aceite y escurrimos bien. Añadimos el vino blanco, las hierbas picadas y la guindilla cortada en rodajas y sin las semillas, esperamos que reduzca un poco y agregamos dos cucharones del caldo junto con los mejillones. Dejamos cocer unos minutos, rectificamos de sal si es necesario y ponemos las almejas. Apagamos el fuego en cuanto se abran y dejamos reposar un ratito antes de servir.