He aquí una crema de simplicidad monástica. Sin embargo la mezcla del sabor un tanto dulzón de la calabaza con el ligeramente ácido del yogur, más el toque picante de las especias unido al contraste frio-calor del yogur con la crema, es de una sensualidad muy poco ascética. Como de costumbre, la calidad de los ingredientes es esencial en una receta que no reviste ninguna dificultad.
Ingredientes para cuatro personas.
800 gramos de calabaza limpia
2 patatas medianas
Una cebolla
2 puerros
2 hojas de laurel
3 o 4 clavos de olor
Una cucharadita de cominos
Unos granos de pimienta (al gusto)
Nuez moscada
Sal
Dos yogures naturales in azúcar.
Lavamos y troceamos las verduras y las hacemos al vapor, poniendo en el agua las hojas de laurel y “pinchando” los clavos de olor en la cebolla. Como vamos a triturarlas no es necesario que queden muy blandas, así que en cuanto estén tiernas, las trituramos bien en la batidora y las pasamos por el chino o por un colador, con el fin de obtener una crema suave. Añadimos el agua de la cocción necesaria para obtener la consistencia deseada. Mezclamos bien, salamos y llevamos al fuego muy suave sin dejar que hierva. Machacamos en el mortero los cominos y la pimienta y los añadimos a la crema jun to con la nuez moscada, removiendo bien y dejamos unos minutos más. En un plato hondo ponemos medio yogur que habremos desmoldado y “cortado” cuidadosamente (no es difícil con una espátula) y servimos con la crema caliente alrededor.
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