17 de febrero de 2012

Caballo de batalla

Steven Spielberg
Steven Spielberg, esa especie de Midas con síndrome de Peter Pan, nos ofrece otra muestra de su talento para producir… dinero.  War Horse es una película hecha con un ojo en la taquilla y otro en la cámara con la que se ha rodado. Lástima que este último haya estado casi todo el tiempo guiñado, me figuro que por aquello de enfocar bien lo que veía el primero. Así, y a partir de un ciertamente buen guión basado en una novela de Michael Morpurgo, en el que sin embargo se dan cita todos los tics del más bobalicón espíritu sensiblero y cursi, con unos personajes salidos de la más rancia imaginería estadounidense, (aunque la cosa se desarrolla en Inglaterra y con personajes presuntamente ingleses. Bueno, y alemanes, y franceses, todos  hablando un perfecto inglés…) y con el énfasis puesto en lo más banal de la banal historia, Spielberg perpetra 146 inacabables minutos de galopadas, lacrimogenia y absoluta vacuidad. Con una estructura narrativa que recuerda aquella añeja historia del Rolls Royce amarillo, el caballo del título va pasando de mano en mano hasta que uno de los muchos deus ex machina que reblandecen el argumento de esta fábula, hace que el pobre bicho (¿o hay que decir el noble bruto?) vuelva con su noble, valiente, testarudo e infantiloide dueño. En medio se han sucedido toda suerte de aventuras y sobre todo desventuras,  cargas de caballería, batallas (la del Somme, nada menos, cuyos contendientes acuerdan una tregua para… perdón, iba a decir para salvar al soldado Ryan, pero no, claro, sólo al caballo Joey) y hasta huerfanitas… e incluso una especie de demente concurso de arada, todo a la mayor gloria de la más absoluta nada y trufado con gracietas y chistecillos de parvulario. Los personajes se atienen todos al canon más tópico de la abnegación o la vileza, según el papel que la historieta les asigne, en un trivial desfile de manoseados arquetipos con los que los actores tienen que bregar con poco éxito. Se salva el extraordinario Peter Mullan, capaz siempre de hacer convincente cualquier personaje. Naturalmente todo ello tiene un elemental final feliz, como toda fábula moral que se precie, sobre todo si es moral norteamericana: sobre un fondo de cielo crepuscular en rojos y negros sacado directamente de Lo que el viento se llevó, fotografiada a contraluz, sólo siluetas negras,  se reúne la familia contemplada por el heroico, inteligente y fiel caballo. Fin. (Deo gratias.) 
Claro, lo que ocurre es que Spielberg es sobre todo un extraordinario director. Posee un dominio admirable de todos los recursos estilísticos necesarios para convertir una anécdota tontorrona como esta en una desmesurada epopeya. La cadencia con la que se desarrolla la acción es realmente trepidante, sin que el ritmo decaiga nunca y en la que los momentos de relax narrativo están dosificados se diría que cronómetro en mano… Hay imágenes de potente belleza aunque sólo sirvan para ilustrar situaciones que no es que sean poco creíbles, sino que están desarrolladas de forma que resultan absurdas por completo, como esa carga de la caballería inglesa contra el campamento alemán, o la persecución del caballo por el tanque. La capacidad de Spielberg para crear desasosiego (¡cómo se añora al director de Duel!) queda patente en la alucinada cabalgada del caballo a través de las alambradas de esa devastada No Man's Land tan espléndidamente fotografiada por Janusz Kaminski… Lástima, sí, que todo ese derroche de sabiduría esté al servicio de esta oportunista película (...que ha conseguido un montón de nominaciones a los Oscar, claro, y yo además le daría al caballo el Oscar al mejor actor. Qué habilidad interpretativa y qué expresividad tiene el animalito, oigan.) 
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Ficha:
Título original:War Horse
Año de producción: 2011
Duración: 146 min.            
País:  USA
Director: Steven Spielberg
Guión: Lee Hall, Richard Curtis
Música:  John Williams
Fotografía: Janusz Kaminski
Reparto: Jeremy Irvine, Emily Watson, 
                 Peter Mullan, Niels Arestrup, 
                 Tom Hiddleston, David Thewlis, 
                 Benedict Cumberbatch, Celine Buckens, 
                 Toby Kebbell, David Kross, Nicolas Bro,
Género: 
Bélico. Drama

1 comentario:

  1. La genialidad muchas veces se demuestra en el éxito de lo absurdo, iré a verla seguro.

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