22 de julio de 2013

Ensalada de ventresca con vinagreta al aroma de clavo


Hoy otra rica ensalada, colorista y reparadora y refrescante. No soy yo muy aficionado a las conservas, aunque es obvio que en ocasiones pueden sacarnos de un apuro, y en mi despensa hay, cómo no, latas y botes. Pero considero que cuanto menos pre-elaborado llegue un ingrediente a nuestra cocina mejor se aprovechan todas sus cualidades nutritivas y organolépticas. Una excepción son sin duda las conservas de pescado: por ejemplo esas deliciosas sardinillas que, para mí, mejoran insuperablemente a esos pobres bichos frescos. Así que vamos a usar un par de latas de ventresca de bonito en aceite de oliva para enriquecer nuestra ensalada. Procuremos, eso sí, que sean de buena calidad. El toque especial lo vamos a poner con una vinagreta que aromatizaremos con unos clavos de olor, cuya fragancia levemente punzante combina muy bien con el sabor más suave de las verduras que utilizamos.

Ingredientes para cuatro personas
150 gr (2 latas) de ventresca de bonito en aceite de oliva
Dos tomates maduros
Un pepino
Un aguacate
Una manzana
Cuatro rabanitos
Una cucharada de cebollino picado
Cuatro clavos de olor
Dos nueces
Un limón
Aceite de oliva
Reducción de vinagre de jerez
Sal
Una bolsa de hojas de rúcula

  • Comenzamos preparando la vinagreta. En un mortero trituramos los clavos de olor, el cebollino finamente picado y las nueces junto con una pizca de sal. Añadimos cuatro cucharadas aceite de oliva, una cucharada de vinagre y un par de cucharadas de agua fría y mezclamos muy bien. Corregimos de sal y reservamos. (Es buena idea prepararla con un par de horas de antelación para que los sabores se mezclen bien.)
  • Escaldamos los tomates unos segundos en agua hirviendo, los pelamos y los cortamos en pequeños dados. Los salamos ligeramente y los ponemos en un colador para que vayan escurriendo.
  • Pelamos el pepino, el aguacate, la manzana y los rabanitos, los cortamos también en dados y los rociamos con el zumo del limón.
  • Mezclamos en un cuenco todos los ingredientes y los aliñamos con la vinagreta.
  • Al servir, añadimos la ventresca bien escurrida, y adornamos el plato con unas hojas de rúcula aliñadas también con la misma vinagreta.


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