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21 de febrero de 2016

Quiche de queso brie y hierbas aromáticas

Confieso que mi primera intención era hacer la típica tarta sueca llamada Västerbottenostpaj, nombre que significa, literalmente, pastel de queso Västerbotten. El problema es que el ingrediente principal de este pastel, salado, por otra parte, es el queso elaborado en la región de Västerbotten y considerado uno de los quesos más deliciosos...  y la dificultad para encontrar por nuestros lares el queso en cuestión. Así que tras un ensayo no muy feliz con queso parmesano, decidí liarme la manta a la cabeza, pasar de ortodoxias y conformarme con dejarlo en "inspirado en el típico pastel sueco..." etc. La elección del queso debería hacerse, entonces, pensando en conseguir una quiche cremosa, de textura suave y de sabor recio. Yo elegí una crema de brie... y un queso brie. El resultado sólo puede calificarse de espectacular. La receta, por lo demás, sigue bastante de cerca la original: mezclar queso, nata, leche y huevos; verter la mezcla en un molde forrado de masa quebrada y cuajar al horno. Vamos a ello.

Ingredientes
Una lámina de masa quebrada
125 gr (una tarrina) de crema de queso brie
125 gr de queso brie
200 ml de nata líquida
200 ml de leche evaporada
3 huevos
Hierbas provenzales al gusto. (Pero no sea tacaño con ellas)

  • Cubrimos un molde con la lámina de masa quebrada, pinchando el fondo con un tenedor para que no suba al cocerse y horneamos 15 o 20 minutos a 180º. Retiramos del horno y reservamos.
  • Quitamos la corteza del queso brie y la desechamos.  Troceamos el queso lo más menudo posible y lo reservamos.
  • Ponemos en un cazo la leche y la nata y lo llevamos a fuego bajo. Ojo, que no debe hervir. Cuando vaya tomando temperatura añadimos la crema de queso y los trozos de queso y removemos bien para que funda todo homogéneamente. Retiramos del fuego y reservamos.
  • Batimos los huevos y los añadimos a la mezcla de leche, nata y queso. Cuidado: esta mezcla debe estar sólo tibia para que el huevo no cuaje. Mezclamos muy bien, batiendo con unas varillas.
  • Agregamos las hierbas provenzales y mezclamos.
  • Vertemos ahora en el molde con la masa semicocida, lo llevamos al horno, precalentado a 180º, y dejamos durante unos 45 minutos o hasta que haya cuajado. La prueba de pinchar con una varilla de brocheta o similar es la mejor forma de ver si ya está listo: si sale limpia, apagamos el horno y dejamos enfriar. Puede servirse tibia o fría, al gusto de cada uno.

1 de octubre de 2015

Quiche de calabaza, queso viejo y romero





Tras una larga pausa de vacaciones y vagancia, volvemos a la tarea. Y  puesto que ya es otoño, un precioso otoño suave y soleado al menos por estos lares, vamos con una receta para disfrutar de la reina de las hortalizas de otoño: la deliciosa calabaza. Hay muchas formas de prepararla, desde la socorrida crema hasta las tartas dulces o saladas y pasteles. Hervida o asada, acepta multitud de hierbas y especias que enriquecen su sabor y dan variedad a nuestra mesa, placer a nuestro paladar y hasta alivio a nuestros males. Así que vamos a prepararla hoy en una quiche donde la combinaremos con cebolla, piñones, romero y queso viejo. Recordemos que este es el queso cuyo periodo de maduración es de ocho meses como mínimo. Su sabor intenso y su aroma fuerte y potente combina muy bien con la calabaza. El resultado es una deleitosa golosina que no dejará indiferente a nadie. (Y aprovecho para seguir insistiendo en una de mis manías: por favor, no diga jamás masa brisa, esa absurda traducción del francés Pâte brisée que, literalmente, significa masa quebrada, que es como se llama en castellano. Vamos allá. (Las semillas de sésamo y amapola son para decorar, así que su uso es opcional. Puede también cambiarlas por cualquier otro fruto seco, si lo prefiere.)


Ingredientes
Una lámina de masa quebrada
300 gr de calabaza limpia
Una cebolla grandecita
100 gr de queso viejo de oveja
125 gr de crème fraîche (o, en su defecto, nata)
Dos huevos
Una cucharada de romero
Unas ramitas de romero fresco
50 gr de piñones
50 gr de pipas de calabaza (peladas)
Sal
Nuez moscada
Semillas tostadas de sésamo
Semillas de amapola
Aceite de oliva

  • Troceamos la calabaza limpia. Pelamos y troceamos  la cebolla, ponemos todo junto en una fuente para horno, regamos con un  hilo de aceite de oliva, añadimos el romero fresco y una pizcas de sal y llevamos al horno precalentado a 180º alrededor de 30 minutos o hasta que las verduras estén tiernas. Retiramos y reservamos hasta que esté tibio.
  • Apartamos la mitad de la cebolla y trituramos el resto, junto con la calabaza y el romero seco, (bien triturado en el mortero para evitar los molestos palitos), hasta conseguir una crema suave.
  • Añadimos los huevos, la crème fraîche, nuez moscada al gusto y el queso rallado y volvemos a batir mezclando bien. Comprobamos de sal y corregimos  si es necesario. Cuidado, el queso viejo suele estar salado.
  • Cortamos en pequeños trozos la cebolla que habíamos reservado y la añadimos a la crema, junto con los piñones y las pipas de calabaza.
  • Cubrimos con la masa quebrada un molde enharinado y pinchamos la base con un tenedor. Vertemos en él nuestra mezcla, decoramos si queremos con unas semillas de sésamo y amapola y unas pipas de calabaza y la llevamos al horno (de nuevo precalentado a 180º) hasta que pinchando en el centro con una varilla de brocheta, por ejemplo, esta salga limpia.
  • Dejamos templar, desmoldamos y a disfrutar. Puede servirse tanto tibia como fría.

 

11 de septiembre de 2013

Quiche de calabaza, jamón y queso

La quiche, esa especie de tarta salada sobre masa quebrada y original de la región francesa de Lorena, es una buena manera de experimentar con texturas y sabores diversos ya que admite toda clase de mezclas, con la única condición, claro está, de que estas resulten armónicas y gratas al paladar. Pero cumplido este requisito no hay otro límite que el de la imaginación del cocinero. Los únicos ingredientes imprescindibles, comunes a todas las quiches que se preparen, son la leche y los huevos. El resto, como ya he dicho, queda librado a la imaginación e inspiración del artista. O a las existencias en la despensa. Hoy os propongo una quiche en la que la mezcla está compuesta de calabaza, una combinación de cuatro quesos y jamón serrano más cebolla y puerro. Como colofón, dos cucharadas de semillas de sésamo tostadas y molidas añaden su rico sabor avellanado.  El resultado es muy apetitoso y la textura resulta tan suave como atractiva. Veámoslo. Ah, la mezcla de quesos se puede encontrar ya preparada en el comercio. (Nota: por favor, no diga nunca pasta brisa, absurda traducción del francés pâte briseé)

Ingredientes
Una lámina de masa quebrada
400 gr de calabaza limpia
100 gr de queso (mezcla de 4 quesos para fundir)
100 gr de jamón serrano picado
3 huevos
250 cl de leche evaporada
Una cebolla
Dos puerros
2 cucharadas de semillas tostadas de sésamo
Sal
Pimienta
Clavo de olor, Nuez moscada
                                                                                  
  • Forramos un molde con la lámina de masa quebrada, pinchamos el fondo para evitar que suba y la ponemos al horno previamente calentado hasta que la masa comience a dorarse.  Sacamos del horno y reservamos.
  • Ponemos a cocer la calabaza limpia y troceada junto con cuatro o cinco clavos de olor. Cuando esté tierna, la escurrimos y la trituramos con la batidora, junto con un cacillo del agua de la cocción, hasta conseguir una crema suave. Reservamos.
  • Pelamos y cortamos en juliana la cebolla y los puerros y los pochamos con un poco de aceite y una pizca de sal, cuidando que no cojan color. Es preferible añadir el puerro cuando la cebolla casi esté lista, ya que tarda menos en hacerse. Escurrimos bien el aceite sobrante y reservamos.
  • En un cuenco batimos los huevos, añadimos la leche, las semillas de sésamo molidas y el resto de los ingredientes, la pimienta y la nuez moscada al gusto, y vamos mezclando bien sin batir para que la mezcla no coja aire. Compruebe de sal, pero recuerde que el jamón y la mezcla de quesos suele llevar bastante.
  • Vertemos ahora la mezcla en nuestra galleta de masa quebrada (sin sacarla del molde, claro está) y horneamos a unos 180º hasta que haya cuajado. (Compruebe pinchando con un palillo para saber cuándo está.)
  • Sírvala, y a disfrutar.


7 de mayo de 2012

Quiche de setas a la hierbabuena

El quiche, como casi todo el mundo sabe, es esa especie de tarta salada tan popular en la cocina francesa. Se prepara con una mezcla a base de huevos y crema de leche que se hace cuajar al horno en un molde forrado con la llamada masa quebrada (por favor, no utilizar esa absurda traducción de pasta brisa hecha por alguien que no sabe ni francés, ni español ni cocina… y que tanto abunda por estos no-lugares) y a la que pueden añadirse toda clase  de verduras o jamón, carne picada, embutidos… y todas  las mezclas que seamos capaces de imaginar, y aderezada con hierbas o especias y con la única condición de que el resultado sea armónico… y apetitoso. Es una solución ideal para resolver una cena o una merienda, pues es muy fácil de elaborar. Si no se quiere hacer en casa la masa quebrada (es muy fácil: aquí hay una forma de hacerla) se puede comprar ya hecha. Yo he utilizado una lámina de masa de hojaldre porque era lo que tenía a mano y el resultado es también excelente. La mezcla de las verduras  y las setas con las hierbas utilizadas, sobre todo la hierbabuena, tan aromática, resulta tan sorprendente como exquisita, y la leche evaporada en lugar de la nata habitual le confiere una textura más suave y ligera.

Ingredientes
Una lámina de masa de hojaldre
400 gr. de leche evaporada
3 huevos
Tres puerros
Una cebolla
300 gr. de setas variadas
100 gr. de queso gruyere rallado
1 cucharada de perejil picado
1 cucharada de cilantro picado
1 cucharada de hierbabuena (o menta) picada
Sal
Pimienta
Nuez moscada
Aceite de oliva

 Pelamos los puerros, los cortamos en rodajas finas y los ponemos a hervir al vapor durante unos diez minutos. Sacamos, escurrimos bien y reservamos. Pelamos la cebolla, la cortamos en juliana gruesa y la pochamos a fuego muy bajo hasta que comience a estar dorada, sin dejar que se queme. La escurrimos bien con ayuda de un colador y la reservamos. En la misma sartén de pochar la cebolla, pero ya sin aceite, salteamos cinco minutos las setas troceadas, las sacamos y las escurrimos también. Reservamos. En un bol batimos los tres huevos, añadimos la leche evaporada y mezclamos con cuidado de no batir para que no coja aire.  Ahora agregamos el resto de los ingredientes, el queso rallado, las hierbas, sal, pimienta y nuez moscada al gusto mezclando todo muy bien. Reservamos. En un molde colocamos con cuidado la lámina de hojaldre pinchando el fondo para que no suba y lo ponemos en el horno precalentado a 200º.  Bajamos el termostato hasta 180º y dejamos unos veinte minutos, al cabo de los cuales lo sacamos y volcamos en esta galleta el relleno. Volvemos a meter al horno y lo dejamos hasta que esté cuajado, comprobando con una aguja hasta que salga limpia.