El problema de
las berenjenas rebozadas, aparte de sonar a título de una novela de Jo Nesbo o
Michael Connelly, es la cantidad de aceite que absorben al ser su pulpa tan esponjosa,
lo que las convierte en pesadas, indigestas e hipercalóricas. Y es una lástima ya
que en realidad pueden estar muy
ricas hechas de esta manera. Hay una forma de prepararlas que evita en gran medida
que las berenjenas absorban demasiado el aceite de la fritura: si las
preparamos de esta manera que hoy os sugiero (ver más a delante, que seguimos
en plan novela de misterio...) conseguiremos una deliciosa guarnición para un
plato de carne o pescado. La berenjena queda crujiente en el exterior y jugosa
y con una delicada textura en el interior, sin apenas aceite.
Ingredientes
para cuatro personas
Dos
berenjenas grandecitas
Dos huevos
Cuatro
cucharadas de pan rallado
Cuatro
cucharadas de almendra molida
Cuatro
cucharadas de semillas tostadas de sésamo
Sal
Pimienta
Aceite de
oliva
- Lavamos muy bien las berenjenas y las cortamos en lonchas como de un centímetro de gruesas. Las salamos abundantemente y las dejamos alrededor de media hora en una fuente para que vayan soltando el exceso de agua y resulten menos amargas.
- Lavamos al chorro del grifo las rodajas de berenjena, las secamos con un paño de cocina y las hacemos al vapor durante ocho minutos. Sacamos y reservamos.
- Batimos los huevos y salpimentamos al gusto.
- Ahora vamos rebozando las rodajas de berenjena en el huevo, la mezcla de pan rallado y almendra y las semillas de sésamo. Por ese orden.
- En una sartén con abundante aceite, muy caliente, freímos las berenjenas. Aquí está el secreto: hay que conseguir que se forme una costra en torno a la berenjena, puesto que ya la hemos cocinado al vapor. Por eso el aceite debe estar muy caliente. Damos la vuelta a las rodajas cuidando que se doren bien por los dos lados y las escurrimos sobre papel absorbente. Es recomendable freírlas en pequeñas tandas.
- Ya puede disfrutarlas.
Una sugerencia:
si lo desea puede añadir al huevo batido las especias o hierbas aromáticas que
prefiera, así conseguimos distintos acabados
para nuestras sabrosas y crujientes berenjenas rebozadas.
Esta versión de rebozado, con almendra y sésamo, me parece muy original. Por otro lado, neutralizar parte de la grasa en la elaboración es, como muy bien has puntualizado, una fantástica manera de reducir las calorías sin perder nutrientes esenciales. Un saludo.
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