Cómo comprar alimentos a través de Internet. Y cómo venderlos.
Muestra de los productos recibidos
Comprar a través de Internet, on
line, como suele decirse con ese precioso e innecesario anglicismo, tiene
ventajas e inconvenientes como todo en esta vida donde, ya se sabe, nada es
verdad ni es mentira. Esta perogrullada parece especialmente cierta cuando lo
que compramos son alimentos, y más aún si se trata de alimentos perecederos
como las frutas y verduras. ¿Ventajas? Claro: cómodamente sentados ante el
nuevo altar hogareño, ese ordenador
cuyo nombre cada vez tiene más sentido, sólo tenemos que pulsar unas pocas
teclas, elegir entre unas preciosas fotos, y ya tenemos nuestra compra hecha:
comodidad y rapidez innegables. ¿Inconvenientes? No sabemos qué estamos
comprando, el servicio de entrega puede demorarse... con el consiguiente riesgo
de pérdida de calidad del producto. Hablo, ya lo he dicho, del ejemplo típico
de alimentos perecederos. Naturalmente, a los proveedores de estos productos
les interesa que todo funcione correctamente ya que es la forma de que su
negocio marche como debe, y esa es también la mejor garantía que tenemos los
compradores. Luego está el factor suerte, claro, pero eso ya es otro cantar. A
mi juicio, lo mejor es no comprar en la primera página que nos enseñe el señor
Google, conviene investigar un poco comparando precios y no fiarse de las
fotos; elegir sitios que ofrezcan una dirección de atención al cliente y
ponerse en contacto con el vendedor antes de la primera compra e informarse
directamente también es buena idea. Pregunte a amigos y conocidos por su
experiencia si ya han comprado de esta forma... Por su parte, las empresas de
venta por Internet de este tipo de mercancía tienen, aparte de la obvia
publicidad, una forma muy curiosa para darse a conocer: lo que yo llamaría, sin
ninguna intención peyorativa, la publicidad inducida: se hace un obsequio a,
pongamos por caso, un bloguero que hable de cocina y de recetas de cocina y se
le pide que comente lo que considere
oportuno, y con toda libertad sobre los productos recibidos. El sutil mensaje queda tan claro que casi
resulta ingenuo. Bueno. Pues eso es lo que Vivelafruta.com , a través de RED facilisimo.com (o
viceversa) han hecho: han tenido la gentileza, que yo les agradezco
enormemente, de enviarme una muestra de sus productos: una enorme caja de
hortalizas. Así que yo, con toda libertad y cumpliendo mi parte del pacto
implícito al aceptar el obsequio, les doy mi opinión. El envío, teniendo en
cuenta que Vivelafruta operan desde Castelldefels en Barcelona y que yo vivo en
Madrid, ha llegado con una rapidez realmente encomiable: dos días.
Perfectamente empaquetado y embalado en una caja de cartón. Su contenido:
puerros, tomates, patatas, cebollas, ajos, pimientos verdes y rojos, berenjenas,
calabacines, pepino, coliflor, col, lechuga (iceberg, lástima) limones,
zanahorias, calabaza... Y creo que no me olvido de nada. Sí. Y un ramillete de
perejil. La calidad de todas estas hortalizas es en verdad muy buena y no hay
ninguna pega que ponerles: frescas y como recién cortadas. Un pero, que es más
una manía, seguramente: la lechuga iceberg, ese engendro insípido que debería
desaparecer de las verdulerías de calidad. No puedo hablar de precios: un
regalo es un regalo y yo no he pagado ni un céntimo por estaespecie de cuerno de la abundancia, aunque
los precios que aparecen en su página web parecen muy interesantes. En cualquier
caso, dejadme acabar con otra frase hecha: cada uno habla de la feria según le
va en ella. Quiero decir que la única ley por la que uno debe guiarse en estos
asuntos es la propia experiencia. Yo, por supuesto, reitero mi agradecimiento a
Vivelafruta.com y a
RED facilisimo.com.
¿Engendro insípido? Jajajajajajaja...
ResponderEliminar