La unión de
setas y alcachofas, una pareja que en apariencia no tienen mucho en común, suele
ser sin embargo de esas historias con final feliz, y en este blog ya hemos
usado esta combinación varias veces, véalo aquí. Claro
que no estamos ahora en temporada de setas, pero el humilde champiñón puede resultar más que satisfactorio si se eligen
ejemplares frescos y de calidad. A propósito de lo cual, cabe recordar que los
mejores champiñones no son los que presentan un color completamente blanco,
signo no de frescura sino de que han sido recolectados antes de madurar, lo que
les resta sabor. Los buenos champiñones
deben tener un color ligeramente rosado o marrón claro; eso sí: no deben tener
manchas ni grietas y su carne debe ser consistente si los apretamos. Si hemos elegido con acierto, el toque levemente amargo de las alcachofas
contrasta admirablemente con el delicado sabor de los champiñones, y si
añadimos unas gambas el resultado satisfará a cualquiera. Finalmente, el aliño
de ajo, aceite de oliva y perejil remata un plato ligero, nutritivo y
apetitoso.
Ingredientes
para cuatro personas
12 alcachofas
400 gr de
champiñones
150 gr de
gambas
Dos dientes
de ajo
Un ramillete
de perejil
1/2
cucharadita de granos de pimienta
El zumo de un
limón
Sal
Aceite de oliva
- Pelamos los ajos y los machacamos bien en el mortero junto con una cucharada de perejil finamente picado, los granos de pimienta y un poco de sal. Añadimos ocho cucharadas de aceite de oliva y mezclamos hasta conseguir una buena incorporación de todos los ingredientes. Reservamos.
- Quitamos las hojas exteriores de las alcachofas hasta llegar al corazón, que dejaremos entero. Rociamos con el zumo de limón y hervimos al vapor durante quince minutos. Apagamos el fuego y reservamos, dejando que acaben de hacerse con el calor residual.
- Lavamos y cortamos en láminas los champiñones y los salteamos a fuego medio en una sartén con un poco de aceite. Cuando hayan soltado el exceso de agua añadimos las gambas peladas, corregimos de sal y salteamos tres o cuatro minutos más.
- Colocamos en el plato el salteado de champiñones y gambas, y sobre ellos, aliñadas con la mezcla de ajo, perejil y aceite de oliva y un poco más de sal si se quiere, los corazones de alcachofa. Servimos y disfrutamos.
Me encantan las alcachofas, desde el blando corazón hasta las más duras hojas externas, uno de los mayores placeres gastronómicos para mi ( aunque no quede muy bien en público) es chupar las hojas de las alcachofas dejar que pasen entre los dientes y dejen allí su amargor. De la alcachofa como del cerdo... se aprovecha todo!!! Un abrazo.
ResponderEliminarVaya... desconocía lo de los champiñones y efectivamente creía que cuanto más blancos mejores...
ResponderEliminarEstupendo el salteado, en cuanto a las alcachofas, aunque suene raro nunca las probé, igual me estoy perdiendo una exquisitez.