De la calabaza y las habas (y de sus virtudes) ya hemos hablado, vea los enlaces. Del aguacate se dice que está indicado para diabéticos por su capacidad equilibrante del azúcar en la sangre y que por su contenido en vitamina E es uno de los grandes antioxidantes aliados contra el cáncer y el envejecimiento. Contiene también vitaminas del grupo B (B1, B2 y B3) así como hierro, fósforo y magnesio. Originario de México y Perú, es un buen sustituto de las proteínas de la carne; contiene ácidos grasos esenciales y no produce colesterol.
Mezclar en la misma receta tres ingredientes como estos es un poco arriesgado, ya que todos ellos tienen un cierto deje dulzón que puede convertir el plato en algo empalagoso y poco apetecible. Así que vamos a darle al asunto un poco de alegría: Y nada mejor que las hierbas aromáticas para conseguirlo. El picante del romero combina muy bien con la calabaza, el laurel dará el toque justo a las habas y el cilantro y la albahaca aportarán un poco de chispeante frescura al aguacate. Para finalizar, una vinagreta hecha con un buen aceite de oliva virgen extra pero en la que sustituiremos el vinagre por vino blanco y una cucharadita de mostaza. El resultado es una sorprendente ensalada, muy original y sabrosa, y que presentada en el estilo de los clásicos timbales queda muy resultona. Y además es sana y fácil de preparar.
Ingredientes para cuatro personas
600 gr de calabaza
800 gr de habas
Dos aguacates
Una cucharadita de romero
Una cucharada de cilantro picado
Una cucharada de albahaca picada
Hojas de laurel
Aceite de oliva virgen extra
50 cl de vino blanco seco
Media cucharadita de mostaza
Sal
Ponemos las habas a cocer al vapor en una olla con agua en la que habremos puesto un puñadito de hojas de laurel. Diez minutos serán suficientes. Las retiramos del fuego, esperamos que se templen y si queremos las quitamos los hollejos (pieles). Mientras, precalentamos el horno a 180º, molemos el romero en un mortero y lo mezclamos con un chorro de aceite de oliva. Limpiamos la calabaza de semillas y la untamos ligeramente con el aceite de oliva mezclado con el romero, la cortamos en pequeños dados y la colocamos en una fuente cuyo fondo pintamos con el resto de la mezcla y la ponemos al horno. El tiempo de cocción dependerá, entre otras cosas, del grado de madurez de la calabaza; en cualquier caso, alrededor de quince o veinte minutos deberían ser suficientes: debe quedar tierna pero entera. Pelamos y cortamos el aguacate en dados no muy grandes y los mezclamos con el cilantro y la albahaca. (Si lo hacemos justo antes de servir, no hay que preocuparse por que se ponga negro, la propia vinagreta hace de antioxidante.) Preparamos la vinagreta con las seis cucharadas de aceite de oliva virgen extra, con el de vino, con la mostaza y la sal, mezclando todo bien. Juntamos las verduras y las aliñamos con la vinagreta. Montamos el plato ayudándonos de un aro metálico y servimos adornado con un chorrito de la vinagreta.
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