Volvemos con
otra receta de carrilleras, ese deliciosa carne, tan rica que apenas necesita
más adornos que una cocción
cuidadosa, pues si no puede resultar un poco dura. Pero hecha con el mimo
necesario se convierte en un gran placer gastronómico. Su alto contenido en
colágeno le da esa suave textura gelatinosa, lo que hace de esta carne una de
las más adecuadas para estofar. Lo ideal, claro, es cocinarla a fuego lento y
durante todo el tiempo que sea necesario, aunque soporta muy bien la cocción en
olla rápida si controlamos con cuidado el proceso. Es buena idea someterla a un
marinado que ayude a que resulte más tierna, además de aromatizarla con las hierbas
o especias que prefiramos. En este caso conviene dejarla en adobo al menos doce
horas. El resultado vale la pena.
Ingredientes
para cuatro personas
Ocho
carrilleras de ibérico
Dos puerros
Dos tomates
½ l de caldo
de verduras
250 cl de
vino blanco
Dos dientes
de ajo
Dos clavos
de olor
Una
cucharada de cebollino picado
Una
cucharada de tomillo
1/2
cucharadita de granos de pimienta verde
Sal
Pimienta
molida
Aceite de
oliva
- Limpiamos bien de telillas y grasa superficial las carrilleras y las cortamos en dados como de tres o cuatro centímetros. Salpimentamos.
- Limpiamos los puerros y cortamos en juliana muy fina la parte verde de los mismos, reservando la parte blanca.
- En un recipiente adecuado ponemos la carne, el cebollino picado, los puerros y el tomillo y cubrimos con el vino. Dejamos tapado en la nevera toda la noche.
- Cuando nos pongamos a hacerlo, colamos el caldo del marinado y lo reservamos.
- Apartamos los trozos de carne, reservando también la juliana de cebollino y puerro.
- En una sartén con un chorro de aceite doramos bien los trozos de las carrilleras ligeramente enharinados y los pasamos a la olla exprés. Cubrimos con el líquido del marinado y con el caldo de verduras necesario para cubrir la carne. Añadimos los clavos de olor y dejamos cocer unos veinte o veinticinco minutos. (Comprobamos si está tierno, si no, dejamos otros cinco minutos más.) Retiramos y reservamos al calor.
- Mientras se va cociendo la carne, cortamos en juliana fina los ajos y la parte blanca de los puerros que habíamos reservado y los pochamos, en el mismo aceite en el que hemos frito la carne, junto con la juliana de puerro y cebollino del marinado.
- Cuando ya esté blando pero sin que se nos queme, retiramos el exceso de aceite, agregamos los tomates pelados y picado y la pimienta verde y rehogamos cuatro o cinco minutos.
- Añadimos un cacillo del caldo de cocción de la carne y dejamos, a fuego lento, hasta que reduzca.
- Comprobamos de sal y trituramos muy bien en la batidora, pasando la salsa resultante por el chino o por un colador. (Si nos queda muy espesa, añadiremos un poco del caldo de la carne, y si muy clara, dejamos reducir unos minutos. Ha de ser una salsa espesita, pero fluida, de esas que invitan a mojar pan...)
- Para servir, salseamos los platos y colocamos los trozos de carne sobre la salsa.
Realmente deliciosas...Magnifica receta, me encanta.
ResponderEliminarUmm... Leer tu blog a estas horas me sienta fatal... ¡Qué hambre!
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