Estos deliciosos
bocaditos son el complemento ideal
para una copa acompañada de charla relajada. No son, en
realidad, más que unas croquetas hechas a partir de una besamel muy suave con
el único añadido de cebolla, chalota y cebolleta pochadas a fuego muy, muy
suave para que queden, casi, confitadas.
La besamel, en la que se mezcla la sutil rotundidad de la mantequilla con la ligereza de la leche
de soja, está realzada por el aroma levemente picante de la salvia, y el
rebozado al que se han añadido frutos secos molidos le da a estas croquetillas
un punto crujiente muy especial.
Ingredientes
Una cebolla
Dos - tres chalotas
Dos
cebolletas
Dos cucharadas
de harina
Una
cucharada colmada de salvia picada
100 gr de
mantequilla
250 cl de
leche de soja
Una cucharada
de almendras molidas
Una
cucharada de nueces molidas
Pan rallado
Huevo para
rebozar
Sal
Aceite de oliva
Nuez moscada
- Tostamos ligeramente la harina para quitar el sabor a crudo, pero teniendo cuidado de que no se queme. Reservamos
- Pelamos la cebolla, las chalotas y las cebolletas, las cortamos en juliana no muy fina y las pochamos, a fuego muy bajo, con un chorro de aceite de oliva y un poco de sal. Deben quedar transparentes y sin que cojan color. Cuando ya estén, las escurrimos bien y reservamos.
- En la misma sartén (pero ya sin aceite) derretimos la mantequilla y vamos añadiendo la harina removiendo bien para que no se hagan grumos. Dejamos, removiendo siempre, dos o tres minutos.
- Agregamos las cebollas, mezclamos bien y comenzamos a añadir la leche de soja tibia según nos lo vaya pidiendo y removiendo siempre.
- Añadimos la salvia y mezclamos bien. Corregimos de sal, añadimos nuez moscada al gusto y cuando la masa se despegue sola de la sartén la pasamos a una fuente. Dejamos reposar hasta que esté bien fría. Lo ideal es hacerla la noche antes y guardarla en la nevera cubierta con film trasparente para que no se reseque.
- Cuando nos pongamos a freírlas, vamos formando cuadraditos de cuatro o cinco centímetros que pasamos por una mezcla del pan rallado y los frutos secos, huevo batido y de nuevo el pan rallado y los frutos secos.
- Freímos en abundante aceite muy caliente, sólo vuelta y vuelta para que se doren sin que se empapen de aceite.
- Escurrimos sobre papel absorbente y servimos enseguida.
Me ha encantado la receta, me parece deliciosa la combinación de los frutos secos, la salvia y las diferentes cebollas. Un aperitivo de lujo total.
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